martes, 3 de julio de 2012

RESEÑA: THE SMASHING PUMPKINS


OCEANIA


MARTHA'S MUSIC, EMI. (2012)





A veces intentamos olvidar el pasado a ese espacio de tiempo que transcurrió, a veces sólo lo “recuperamos” en fragmentos de recuerdos, en diversos instantes en forma de canciones, este pasado puede presentarse de diversas maneras con rostros que han cambiado, con siluetas que crees reconocer cuando circulan por tu mente, con fotografías mentales que se transforman y que evolucionaron que cambian en un presente ambiguo; porque en segundos formara parte de ese pasado, todo aquello que te rodeaba también cambio, las personas fueron desapareciendo poco a poco y los sonidos con los que te hacías acompañar en algún momento de la vida sea cual sea en una tarde lluviosa, fría, triste, agradable, alegre, también cambiaron; a veces piensas que el pasado es mejor recordarlo como es y dejarlo allá en aquellos lugares sin mencionarlo, sin rascar nada porque no tiene caso remover esas viejas heridas y esos escombros, con sus momentos, con sus tristezas, con sus alegrías, con sus triunfos o fracasos, con sus rostros, con sus fotografías, con sus imágenes, con sus sonidos; pero otras veces sin quererlo y sin que nada hagas este vuelve, regresa para decirte que aún es tiempo de cambiar de reinventar de aprender y re-aprender de los errores, de que existen cosas que valen la pena recuperar sólo es cuestión de permanecer en ese punto exacto para poder rencontrarnos con aquello que se perdió y de tener la mente abierta para escuchar aquellos viejos sonidos que evolucionaron en algo “nuevo”..
En los años noventas existía una banda llamada The Smashing Pumpkins mis héroes del rock "Alternativo" eran grandiosos al menos en aquellos años pensaba eso, desde el primer disco Gish al escucharlo llenaron un hueco de nostalgia, de melancolía, “rebeldía”, con letras que atormentaban mi alma  joven, en 1993 llego el Siamese Dream una joya dentro de ese pasado musical con piezas y melodías inolvidables que hoy en día reproduce mi dispositivo de música portátil y remueve parte de ese pasado, con los años (1995) llego el que sin duda lo considero como la obra maestra de Billy Corgan el álbum doble Mellon Collie and The Infinite Sadness .... Pasaron los años y ningún disco logro superar ese nivel de composición de nostalgia, de tristeza, de amor, de angustia, de "dolor"… a esas obras; había piezas sueltas en trabajos posteriores pero hasta ahí, los viejos años, los grandes años de las calabazas aplastadas habían pasado…
Los años no perdonan los errores tampoco al necio, genio incomprendido, loco y lleno de esa remembranza por los años pasados Billy Corgan se negaba a claudicar continua a pesar de que los miembros originales de aquella gran banda fueron “desapareciendo” primero fue la bajista D’arcy Wretzky, después James Iha, al final Jimmy Chamberlin; pero hoy con nuevos integrantes y por necedad del único integrante original se siguen llamando los Smashing Pumpkins y están de regreso después de muchos años y de que habían prometido lanzar de manera gratuita 44 canciones las cuales formarían un gran “disco” llamado Teargarden by Kaleidyscope que seria lanzado en pequeñas cajas con el tiempo, Billy Corgan quién le puede decir o enseñar a él algo en más de 20 años sigue creando obras con sus triunfos, con sus fracasos pero siempre en busca de algo en la música y tratar de qué con ella se trascienda con el paso de los años; el pasado regreso ya no es el mismo ha evolucionado, el disco se titula Oceania, no se puede olvidar de su pasado y menos sí este le dejo cosas buenas y todo ello Corgan lo retoma y muestra algunas partes del pasado, sobre todo los viejos sonidos que identifican la esencia melódica tan peculiar de los Smashing Pumpkins reinventándose porque ya no son los noventas para lograr algo diferente,  existen aquellos sonidos de guitarras ruidosas, el bajo, aquellas  influencias del viejo rock, por momentos pequeñas pinceladas de rock progresivo sin abusar, sonidos con los que Billy Corgan "creció" y que le agradan emplear, sin olvidarse del empleo oportuno de instrumentos de cuerdas un tanto orquestales y piano, además del apoyo de sintetizadores en diversos momentos en algunas melodías que hacen pensar que en verdad algo cambio y que algo maduro en estos años, la batería no tan potente pero bien lograda y su peculiar voz, con esos instantes sonoros de aquellos Smashing Pumpkins del pasado, es algo de lo  que no se puede deshacer tan fácilmente con el paso de los años; el diseño de la portada una de las mejores en toda su discografía transmite esa sensación de que algo muy profundo se renovó; desde la primera canción “Quasar” sabía que algo había trasmutado que ya no eran los mismos un disco lleno de “riffs” de guitarra con espacios y cambios de ritmo en algunas canciones que van de lo tranquilo a lo “ruidoso” y sublime, “Panopticon” tiene el mismo carácter pero al llegar a la canción  “The Celestials” mi mente viajo por ese pasado y sin comparar, pero me remitió  por esa fuerza nostálgica a  “Disarm”; “The Celestials” es una de mis canciones favoritas lo tiene todo esas guitarras llenas con sonidos de viejas batallas, ese olor a nostalgia y  con su dosis de instantes orquestales con espacios atemporales que dignifican cualquier error del pasado  en segundos, de magnifica manufactura con letras llenas de melancólica y esperanzadoras donde el amor como constante lírica gira en ese espacio de tiempo, el circulo avanza y se escucha “Violet Rays” otra de las grandes canciones que integran este disco desde el comienzo con un poco de esos sonidos con tintes progresivos que se transforman lentamente hasta que la canción te envuelve en una atmosfera llena de un amor con sabor a pasado, continua el disco y llega el momento de “My Love is Winter”, con una carga de elementos sublimes producto de esos solos de guitarra a mitad de la canción “Mi amor invernó, mi amor se ha perdido entre la niebla silenciosa..” el circulo sigue girando y llega la canción que sin duda deja a un lado ese pasado al menos en el sonido con un “loop” secuencial que permanece en un primer plano hasta el final “One Diamond, One Heart” una nueva banda ha surgido de las profundidades mas obscuras en esta canción, con esas capas de resonancias musicales de sintetizadores que se impregnan en la mente desde el principio te mantiene siempre estático durante varios minutos de la canción, hasta quedar grabada en algún lugar de la memoria, “Pinwheels” siguiendo con esa secuencia de sintetizadores y piano como introducción, gradualmente todo cambia y la canción crece entre sonidos de guitarras que lloran por ese pasado que aún se niega a desaparecer y todo puede cambiar junto con esa Luna que se convierte cada día en amante del Sol, continua la devastadora, pero emotiva “Oceania” con esos instantes melódicos largos en donde al llegar aquí todo puede suceder lo inesperado te envuelve durante nueve minutos con esos viajes épicos sobre diversos paisajes sonoros, “Pale Horse” la nostalgia suele aniquilar esas microscópicas partes que forman un conjunto de recuerdos propensos a salir, continúan piezas mas cercanas a ese pasado “The Chimera”, “Glissandra”, “Inkless” con estructuras bien logradas, concretas, precisas que recuerdan a esos viejos años, el disco cierra con la melancólica “Wildflower” canciones que evocan a una continuación, de que algo quedo inconcluso allá en aquella línea del tiempo y que secuencialmente era necesario cerrar en algún momento hasta formar y concluir aquel circulo que quedo incompleto para poder dar paso a esté presente con unas nuevas “Calabazas Aplastadas” con un digno trabajo,  no están inventando nada, sólo están haciendo lo que el pasado les dejo de aquellas viejas batallas y qué principalmente el pasado enseño a no "olvidar"; a reconstruir fragmentos que quedaron dispersos en el tiempo para lograr un presente digno lleno de melodías prometedoras que constituyen un buen disco sin caer en pretensiones, un circulo de música honesto, con un regreso lleno de viejos sonidos con una visión sonora de que el presente ya no es ni será el mismo, ha cambiado …







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